“Travesticidio”: desigualdad jurídica versus justicia social

En lugar de ser iguales ante la ley, la corrección política cambia el valor de nuestras vidas y hasta nuestras muertes.

El Lunes de la semana pasada comenzó en Argentina un proceso judicial histórico, por primera vez, los fiscales a cargo del caso exigen que un asesinato sea considerado “travesticidio” y como tal un crimen de odio.

Se trata del juicio que pesa contra el único procesado por el asesinato de un activista travestido, que fue figura prominente del colectivo LGBT.

La víctima fue parte clave de la campaña por el reconocimiento del género electivo en el Documento Nacional de Identidad. Cambió su nombre a Diana Sacayán y su nuevo documento fue entregado por la expresidente Cristina Fernández de Kirchner.

Además, promovió la asignación de cuotas a personas transexuales; por medio de la Ley de Cupo Laboral para Personas Trans. Es decir,  por ley el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires debería incorporar al menos 1 % de personas que no se identifican con su sexo biológico en su fuerza laboral.

Fuera de Tribunales, activistas reparten volantes con el sello del INADI, Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, quien actúa —por primera vez.—- como querellante de la causa judicial, junto al logo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Presidencia de la Nación.

Desde una perspectiva liberal, donde los derechos son individuales, leyes diferenciadas, al igual que dádivas estatales (como la exigencia que se contrate a una persona por aspectos de su fisonomía), quiebra con el principio de igualdad ante la ley que, lejos de lograr justicia, categoriza a las personas; causando tanto prejuicio como perjuicio y también privilegios.

Opiniones en contra: en todo el país
PanAm Post conversó con abogados, referentes de la academia y especialistas de varias provincias, que se manifestaron en contra del intento de implementar la figura del “travesticidio”.

¿Qué pasaría si un travesti asesina a una mujer?

En vista que existe el femicidio, de implementarse una figura como el travesticidio, Guillermo Covernton, profesor de la Universidad Católica de Rosario, plantea una “pregunta deja en evidencia que nada de todo esto tiene sentido”, ¿qué pasaría si un travesti asesina a una mujer?

Ya matar a una mujer es más grave que matar a un varón y ahora aparentemente se pretende hacer una discriminación de la pena, en razón de quien sea la víctima, por lo que si una persona es travesti es asesinada correspondería una pena mayor en el caso de un homicidio contra un hombre que no lo sea.

Igualdad ante la ley

“Esto es claramente un atentado contra la igualdad ante la Ley. Si todos somos iguales y la vida de un travesti vale lo mismo que la de otra persona, no hay ninguna razón para discriminar en la aplicación de la pena en razón de quien sea la víctima del delito”, .indicó Martín Carranza Torres, abogado, excandidato a diputado por el Partido Liberal Republicano de la Provincia de Córdoba,

Toda vida humana vale igual

Para Belén Aldasoro, Directora Ejecutiva de la Fundación Progreso y Libertad de Neuquén (provincia argentina), la hipotética figura del travesticidio no tendría sentido, lo ve  relacionado a cuestiones de lobby y política.

Considera que no está bien esta discriminación extrema. Pues, “una persona es una persona y las muertes son homicidios”.

“Como mujer yo ni siquiera comparto la figura del femicidio, porque la vida de una mujer vale lo mismo que la de un hombre. Tampoco estoy de acuerdo con la victimización feminista, ya que considero que nunca en la historia la mujer ha estado tan bien como en la actualidad”, sostiene .

Vestimenta como agravante

Según Ezequiel Eiben, de la provincia de San Juan, abogado y fundador de Fundación —de pensamiento objetivista— Ayn Rand,  la implementación de esta figura nos deja preguntas como qué pasaría si se cambia la vestimenta de una persona asesinada luego del crimen, ya que el travestismo consiste de adoptar la vestimenta del sexo opuesto.

De ser así, la vestimenta de una persona se determinaría como un agravante.

Finalmente, Diana Mondino de la Universidad del CEMA, en Buenos Aires, concluye que es una situación absurda, “si seguimos así terminaremos en el negricidio o el peticidio (personas de baja estatura)”.

“¿Por qué es peor matar a unos que a otros? ¿La vida de un travesti vale más o menos que otra?” Vincula esta noción de victimización con la idea que el gobierno subsidia a ciertos sectores con la  noción que merecen más beneficios.

Concluye que ante la Constitución somos todos iguales ante la Ley y estas figuras indicarían otra cosa. Asimismo, la Biblia dice que no matarás a tu prójimo.  Plantea entonces: “¿Los travestis son más o menos prójimo que el resto? ¿Hay que protegerlos de forma diferente?”.

Pues cuando los derechos son individuales, el sexo biológico, la preferencia, identificación y manifestación sexual son irrelevantes. No quitan ni otorgan más valor a nuestras vidas. Legislar lo contrario, quebraría la igualdad ante la ley; lo cual quiebra la base misma de la justicia.

AUTOR: MAMELA FIALLO
FUENTE: FUNDACIÓN LIBRE

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