La «Macri-diplomacia» tras la gira europea: ante un mundo menos amable, se impone el pragmatismo a la ideología

Pese a haber sido duramente criticado por referentes de Cambiemos durante la gestión kirchnerista, el líder ruso, Vladimir Putin, está desplazando a Trump de la agenda internacional del Gobierno. Ilusionan las promesas de mayor comercio e inversiones. Dudas por el acuerdo Mercosur-Unión Europea

Si las relaciones diplomáticas y comerciales se resumieran en un juego de TEG, entonces la estrategia del macrismo en su relacionamiento con el mundo entonces hoy no podría mostrar una situación más paradójica que la actual. 

Las «fichas«, que en un primer momento se acumulaban en Estados Unidos, se fueron dispersando en el tablero. Y Rusia –país aliado durante la época kirchnerista– hoy pasó a ser uno de los grandes objetivos para el Gobierno de Cambiemos

Macri acaba de dar un fuerte golpe de timón con el cual puso al presidente de esa nación, Vladimir Putin, dentro del selecto grupo de líderes que son de máxima prioridad en la agenda internacional. 

Se trata de un país con la cual el Gobierno reconoció que el intercambio comercial está muy por debajo de su potencial, que además necesita de alimentos –que Argentina puede proveer- y que puede converstirse en un inversor de peso en áreas como minería, petróleo e infraestructura. 

Así, frente a la relación ondulante y siempre cambiante que plantea Estados Unidos –que destruyó el negocio exportador de biodiesel nacional y ahora amenaza con medidas similares para el acero y aluminio-, Macri se está acercando a quien supo ser un líder estratégico para la gestión de Cristina

Lo llamativo es que, en tiempos de la ex presidenta, referentes de Cambiemos, como la diputada Elisa Carrió, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, se habían expresado abiertamente en contra de Putin, por considerar que imponía un sistema de poder opresivo. 

Ahora, aprovechando la gira oficial por Rusia, Cristina utilizó las redes para mostrar una carta que el jefe de Estado ruso le envío para saludarla por las fiestas. 

 

En cancillería vieron este gesto como una chicaneada. Como una forma sutil de recordarle al macrismo su error por haber apostado casi a pleno por los Estados Unidos y de mostrarle que ella fue una suerte de «pionera» al estrechar lazos con los rusos.  

Miguel Ponce, ex subsecretario de Industria, es de los que considera que la agenda internacional del Gobierno se volvió mucho más «pragmática» y luce hoy menos ideologizada frente a una deuda que no puede saldarse: la demorada lluvia de inversiones

Claro que este nuevo vínculo arrancó con varios tropiezos. Cuando Macri pretendió renegociar el acuerdo por la represa hidroeléctrica de Chihuido(firmado durante la gestión anterior), se generó una crisis bilateral, la cual se intensificó aun más cuando, en un error diplomático, Cambiemos se jugó abiertamente por la candidatura de Hillary Clinton en las elecciones estadounidenses, una enemiga política manifiesta de Putin 

Sin embargo, la desaparición del submarino ARA San Juan y la posterior ayuda brindada por Rusia –que se mantiene hasta el día de hoy- fue un factor clave para limar asperezas.  

Este golpe de timón que está dando el Gobierno en las relaciones internacionales, con un Putin que comienza a desplazar a Trump en la agenda, fue refrendada por varios acuerdos, muchos de ellos por ahora de palabra. 

En el plano comercial, se acordó abrir una Consejería Agroindustrial en Moscú, para facilitar el ingreso de alimentos, dado que Rusia es un mercado altamente proteccionista y muy regulado. 

El potencial es grande: en 2017 la Argentina realizó embarques por u$s520 millones, principalmente de granos, frutas y carnes. Esta cifra representó un 50% menos que en 2008, cuando se alcanzó un récord de u$s970 millones. 

Además de que el nivel de exportaciones es muy bajo frente al verdadero potencial, el otro punto es que Rusia es uno de los pocos grandes países con los que se tiene superávit de la balanza comercial. 

Y la expectativa, según la cartera que conduce el canciller Faurie, es duplicar los embarques en los próximos años. 

 

Al Kremlin en busca de fondos 


El otro capítulo que obsesiona al Gobierno es el de las inversiones

«Venimos con la firme intención de convencerlos de aumentar la presencia de firmas en nuestro país», afirmó Macri en un encuentro del que participaron altos directivos de empresas de rubros como el petrolero, biotecnología, energía, finanzas, ferroviaria y fertilizantes. 

En este TEG versión 2018, la apertura del tablero de juego obedece a que la aceleración de los desembolsos continúan siendo la gran cuenta pendiente.

La «película» que muestra el Gobierno, a primera vista, luce positiva

-Los anuncios de inversión acumulan en los últimos dos años unos u$s103.800 millones. 

-De ese total, u$s42.300 millones provienen de empresas del exterior (40%). 

Sin embargo, la «foto» no está reflejando este caudal de billetes verdes en la economía local: 

-Datos de Hacienda confirman que entre enero y septiembre de 2017 los capitales extranjeros desembolsaron casi u$s8.100 millones.  

-Esto implica que, desde el 1 de enero de 2016, apenas un cuarto de los proyectos anunciados se vieron plasmados en la realidad.

Rusia, por el momento, tiene un bajísimo share en las proyecciones que maneja la Agencia de Inversiones: tan solo 0,9% de los anuncios totales. 

Es decir, hay mucho potencial por delante. Y esto, se entusiasman en el Gobierno, podría cambiar en breve. 

De la gira por Rusia, Macri se llevó la firma de un memorando con una compañía rusa para explotar uranio, con un desembolso estimado en u$s250 millones.

Además, la firma Ferrocarriles de Rusia (RZD) mostró interés en participar en futuras licitaciones, mientras que sobrevoló el compromiso por parte de Gazprom de tener más presencia en Vaca Muerta.  

Sin embargo, el Presidente también se fue con algunas dudas: durante uno de los seminarios, directivos de Gazprombank le recriminaron a Macri que no pudieron avanzar con la financiación de u$s180 millones para la construcción de un puerto en Ramallo por las trabas burocráticas. 

«Durante el viaje, el Gobierno recibió muchas manifestaciones de interés, pero también los empresarios están mirando y preguntando si va a bajar la inflación y si se va a corregir el tema fiscal, que termina impactando en el tipo de cambio. A esto hay que sumar todo el tema de regulaciones, que frenan la toma de decisiones. En ese sentido, todavía hay mucho por trabajar», sostiene el consultor y ex director de Fundación ExportAr, Marcelo Elizondo.

Casa Blanca por Plaza Roja


Las palabras que Macri utilizó en Rusia para invitar a los empresarios a invertir en el país fueron casi calcadas de las que usó en sus sucesivas visitas a los Estados Unidos, un país que está resultando difícil de descifrar para la cancillería. 

«Hay un poco de desilusión. Nadie lo va a reconocer públicamente, existe algo de desconcierto porque por cada buena noticia que se recibe, luego hay un revés«, reconoce bajo off the record un funcionario del Ministerio vinculado con la inteligencia comercial. 

La realidad es que, más allá de algunos avances por parte de empresas estadounidenses, la estrategia de acercamiento hacia el país comandado por Donald Trump no está arrojando los resultados esperados, con el agravante de que varias de las últimas medidas pusieron en riesgo millonarios negocios de exportación.

«Una foto, una charla, una presentación en Power Point, no van a generar inversiones por sí solas. Además, está claro que la diplomacia presidencial, es decir, cuando Macri se pone al frente de muchas negociaciones con EE.UU., no siempre fue efectiva«, plantea Miguel Ponce, ex subsecretario de Industria. 

El experto agrega que, además, se están dando vientos de cambio que harán mucho más difícil el desembarco de grandes proyectos de capitales estadounidenses. 

Es que el gobierno de Trump implementó una reforma fiscal que apunta a que compañías de ese país repatríen sus capitales, reduciéndoles como contrapartida las cargas impositivas. 

Según The Wall Street Journal, en los próximos meses podría haber un flujo masivo de divisas hacia ese país por un valor de hasta u$s400.000 millones, con Apple a la cabeza, que apunta a crear 20.000 nuevos empleos en cinco años.

«El proceso todavía no arrancó a pleno, pero se están comenzando a ver los incentivos para que haya una reversión de los flujos de fondos por parte de empresas estadounidenses. Esto puede perjudicar a los emergentes, entre ellos, a la Argentina«, apunta Elizondo. 

A esto se suma la actitud «bipolar» que está mostrando la Casa Blanca en la relación bilateral, de la mano de su peculiar estilo de «premios castigos«. 

Por un lado, habilitó la entrada de cítricos, pero por otro, castigó al biodiésel nacional y frenó un negocio de más de u$s1.000 millones anuales. 

En otro orden, volvió a aceptar a la Argentina en el Sistema Generalizado de Preferencias, del cual había sido excluida en 2012 tras la tensión entre Obama y Cristina y que hasta ese momento impulsaba exportaciones por u$s464 millones. 

Sin embargo, Washington sigue sin aprobar el ingreso de carne, pese a que la OMC así lo dispuso tras un fallo en septiembre de 2015. 

En paralelo, ahora suena la amenaza de que Trump podría imponer aranceles al aluminio el acero importados, generando un riesgo para la Argentina, que le vende esos productos por u$s400 millones anuales.

 

Elogios en Davos y dudas por el Mercosur


La gira internacional para reposicionar al país en el concierto mundial y captar inversiones prosiguió en Davos y en Francia

En el Foro, el balance para el Presidente fue positivo: recibió la visita de la canciller alemana, Angela Merkel, quien apoyó el ingreso de Argentina a la OCDE y le dio respaldo de cara a la cumbre del G20, que se realizará a fin de año en Buenos Aires.

En paralelo, hubo un encuentro con Bill Gates pero, más que en rol de empresario, charló con Macri unos minutos sobre cuestiones de filantropía y la eliminación del hambre en África. 

Donde sí hubo avances concretos fue en una reunión con directivos de la minera canadiense Golcorp, que le anunciaron un desembolso de u$s750 millones para la explotación de un yacimiento en Santa Cruz.   

Además, mostraron su interés directivos de TotalCargillCoca ColaFacebook y de la compañía de transporte marítimo Maersk

En la última escala de su gira, Macri se encontró con el presidente francés, Emmanuel Macron.

El punto más álgido fue el futuro de la negociación entre la Unión Europea y el Mercosur, que el mandatario argentino pretendió firmar durante la cumbre de la OMC en Buenos Aires, a comienzos de diciembre. 

Mientras que Macri le pidió «no desperdiciar esta oportunidad» de avanzar con el TLC, su par francés puso reparos en las pretensiones del Mercosur en el sector cárnico, donde las partes no se ponen de acuerdo en la cantidad de toneladas con aranceles preferenciales. Se habla de una brecha de decenas de miles de toneladas

Fuentes de cancillería reconocieron a iProfesional que «hay muchísimo interés del lado argentino» para cerrar el pacto, pero que «hay  un riesgo implícito en presionar demasiado a Francia, que es el miembro de la UE que más se resiste a firmar el tratado». 

«Las dos partes están muy distanciadas en el capítulo carnes. No es un tema menor porque tras la reunión con Macron, nadie puede asegurar hoy que no se dilatarán las negociaciones más allá de lo previsto», se sinceró la fuente.

Tras las dos fechas previstas en diciembre pasado, que no se cumplieron, los negociadores argentinos y brasileños plantearon la posibilidad de abrochar el TLC en marzo, a más tardar. Hoy, sin embargo, no hay fecha precisa para el acuerdo entre bloques. 

FUENTE: IPROFESIONAL

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